domingo, 5 de octubre de 2008

Belleza perenne

"Leo en la mañana, mientras desayuno, un libro en el que mis queridos amigos Jaume Soler y Merce Conangla recuperan y construyen relatos y reflexiones de ecología emocional (“La vida viene a cuento”). Aparece allí un episodio que protagonizaron Auguste Renoir y Henri Mattise, pintores, maestros del impresionismo. Renoir, ya anciano y artrítico, pintaba con mucho dolor Las Bañistas, cuadro póstumo y sublime. “¿Por qué insistes en trabajar si el dolor te está torturando de esa manera?”, le preguntó Mattise, su gran amigo treinta años menor que él. “Porque el dolor pasa, pero la belleza queda”, fue la respuesta. Dos años después de terminar Las Bañistas, Renoir murió. La belleza perdura, es verdad, por sobre las sombrías y miserables circunstancias de cada época. ¿Qué significa, para el espíritu humano, la quiebra de un banco de inversiones administrado por piratas de guante blanco o la hecatombe de un sistema financiero creado a medida de la codicia y la inmoralidad de unos pocos, al lado de Las Bañistas? En momentos de tormentas ficticias (mediáticamente engrosadas y manipuladas) en el mundo perduran yacimientos de belleza que fueron creados con dolor, con pasión, con compromiso, con sentido, con esperanza. Allí estarán, vivos, cuando ya nadie se acuerde de los cuervos financieros o de los genocidas que corren a socorrerlos."

Sergio Sinay

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