martes, 1 de mayo de 2012

Despedida


Cuando lo miraba a los ojos, pese a que muchas veces me evitaba, y no sé si era tan conciente de ello, tenía la intensa necesidad de escudriñar en sus deseos más profundos, en los dolores de su alma, en sus miedos más arcaicos, en aquellos recuerdos que lo hicieron plenamente feliz, en todo aquello que alegraba su corazón y le daba motivos para vivir... no anhelaba saber sus secretos, sino más bien todo lo que para él era realmente importante, aquello que lo impulsaba y por lo que luchaba, lo que daba sentido a cada paso en su camino. 
Algo que me estaba vedado.
En tantos años no logré atravesar los muros... no pude acariciar su alma... 
Cuán espejo era él para mí? 
Me espantaba pensar tanto hermetismo... tanto narcisismo... tanta distancia a la hora de fluir en los sentimientos... tanta crítica de su parte... y por supuesto, todo esto en mí. Tanto me mostraba.
Muchas noches cuando se quedaba dormido me detenía a observarlo con embeleso, como si fuera un niño... sentía sus latidos en armonía con los míos, y sólo podía orar pidiendo paz por nuestros corazones heridos, claridad para que cada uno encuentre su verdad y más allá de lo que eso signifique, que tuviésemos el valor para seguir nuestro camino de crecimiento.
Los ríos subterráneos eran cada vez más tumultuosos... y el silencio era lo más difícil de soportar. Algo que en ambos ya resultaba moneda común.
El motivo que desencadenaría la despedida podía ser fatuo; en todo caso, no tuvo importancia.
La vida bendice a quienes tienen el coraje de enfrentarla.
Sandra Zárate

3 comentarios:

alisan dijo...

Hermosooooooooo !!!!!!!!!! realmente me encantó. Has estado muy creativa...

Marcela dijo...

Amiga querida...tienes un don maravilloso, es bellisimo lo que has realizado. Te admiro de corazón. Besos

Carlos dijo...

Hola Sandra, desconozco todo lo relativo al arte pictórico pero me gustaron mucho tus dibujos, en este del post en particular, se puede apreciar muy bien la fuerza que emana de la pintura, expresada en el vigor de ese abrazo.

Respecto del texto, sólo puedo decir que el amor, si no da felicidad no sirve.

Un beso.